domingo, 28 de agosto de 2011

Él también mira melancólico por su ventana

Es horrible aferrarte a algo con tanta fuerza que un simple "adiós" sea capaz de matarnos por dentro.
Conocerlo poco, superficialmente, pero saber que es lo que realmente quieres. Que sin él no vas a poder vivir.
Haces las maletas deseando que una brisa acompañada de un "no te marches" te haga quedarte, pero caes de bruces contra la realidad y es entonces cuando te das cuenta que la vida real raras veces tiene un final feliz.
Luego estás en un tren camino a casa, mirando por la ventana, rememorando los pequeños momentos pasados.
No quiero vivir una mentira, tampoco mi realidad.
La memoria puede ser muy valiosa, pero también puede ser un arma de destrucción masiva. Ojalá olvidar fuera tan fácil.
Y quieres no acordarte, olvidar su rostro, su olor, su sonrisa, sus ojos, su mirada franca. Pero no eres capaz.
Y saber que a él le importabas, que probablemente también esté mirando melancólico por la ventana de su habitación, te destroza.
Duele no haber tenido esa oportunidad de abrazarlo. Sin embargo, añoras sus brazos alrededor de tu cuerpo.

viernes, 26 de agosto de 2011

400km son muchos

Apenas lo conozco y ya lo echo de menos, esa sensación de querer estar con él en todo momento. Pero 400km son muchos, demasiados.
Y es que me pongo mal cada vez que recuerdo su sonrisa, sus ojos azules y su cabello rubio. Te reías a propósito, solo para hacerme sonreír, sabías que mi droga eran tus bromas, nuestros pequeños enfados y tus chistes malos.
Sabías que te echaría de menos y aún así no hiciste nada para remediarlo. Supongo que he visto demasiadas películas donde el chico corre detrás de la chica suplicándole que no se marche, esperaba algo parecido, pero caí de bruces en la realidad. El tren salió de la estación y aún falta mucho para que regrese. Mucho, y se me hace eterno.

Yo, que más da

Yo, que más da. No necesitáis saber mi nombre, no necesitáis ponerme una cara, sólo entender las letras que tecleo y su significado.
Adolescente, romántica empedernida sin éxito en el amor.
Bipolar, sólo a veces (o quizás siempre). Adicta al chocolate con almendras y alérgica a los ignorantes.
Me gusta gritar mucho (no a la gente, sino para desahogarme). Tengo miedo a mis padres, a lo que puedan pensar, a lo que pueden creer y a sus reacciones.
Vivo y sufro en silencio, ya es hora de que todo salga a la luz.